Casi todas las especies
de angiospermas llevan flores que se apartan de la norma que acaba de
describirse. Las flores con sépalos, pétalos, estambres y carpelos se llaman completas,
e incompletas las que carecen de alguno de estos verticilos. Algunas flores
pueden presentar 2 o más verticilos de sépalos o de pétalos. Cuando falta el
perianto se dice que la flor es aclamídea o desnuda, como la de los sauces y
chopos. Las flores son unisexuales cuando les falta el androceo o el gineceo;
si sólo lleva pistilos, se dice que la flor es pistilada
o femenina, y estaminada o masculina cuando sólo
lleva estambres. Cuando las flores masculinas o femeninas se presentan
agrupadas todas en un mismo pie de planta, se dice que la especie de que se
trate es monoica, y dioica cuando cada pie de planta lleva flores de un solo sexo. Las flores típicas son bisexuales o
hermafroditas (con androceo y gineceo situados en la misma flor).
En muchas flores, los
sépalos y los pétalos son de tamaño uniforme y adoptan una disposición
estrellada o con simetría radial. En cambio, las flores con simetría bilateral
tienen pétalos de formas y tamaños diferentes. Así, los cinco pétalos de la
flor del guisante (chícharo), por ejemplo, comprenden: uno grande y vistoso
llamado estandarte, dos pequeños, semejantes a alas dispuestos a los lados de
la flor, y, entre ellos, una quilla, estructura de dos pétalos que encierra pistilos
y estambres, soldados a lo largo de los bordes.
La posición relativa de
las piezas florales es variable. En una flor hipógina,
los sépalos forman el verticilo inferior, seguido, en orden ascendente, por
pétalos, estambres y pistilos. En una flor perígina,
el cáliz envuelve al gineceo, y las demás piezas florales se insertan en el
borde de aquél. En algunos casos, el cáliz es el resultado de la fusión de las porciones básales de otras
piezas de la flor, mientras que en otros consiste en
la prolongación hacia arriba del receptáculo. En una flor epígina,
la corola está soldada al gineceo y las demás piezas florales se encuentran en
la parte superior del ovario; de este tipo es la flor del manzano. En algunos
casos, el cáliz floral soldado al ovario es resultado de la fusión de las piezas de la flor; en otros,
procede del desarrollo ascendente del receptáculo soldado
al ovario.